La luna simboliza la intuición, la profundidad emocional, los ciclos y la energía femenina, lo que la convierte en una poderosa guía para el crecimiento espiritual y la reflexión interior. Las piedras preciosas talladas en forma de luna encarnan esta esencia lunar, potenciando sus energías naturales para favorecer la sanación emocional, la intuición y la transformación. Utilizados en rituales o meditación, los cristales con forma de luna, como la piedra lunar, la selenita o la labradorita, ayudan a alinearse con los ciclos lunares y a profundizar la conexión con el subconsciente y la divinidad femenina.